






La iglesia, dedicada a San Martín de Tours, la mandó levantar el arzobispo Lope de Mendoza cuya efigie figura en el tímpano de la portada lateral norte. Terminada en mil cuatrocientos treinta y cuatro, esta iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en mil novecientos treinta y uno.
Iglesia de nave única dividida en tramos por arcos apuntados que se traducen al exterior por fuertes contrafuertes que, a su vez, resisten al empuje de los arcos que sostienen la cubierta. La cabecera, más estrecha y más baja que la nave, se resuelve con un ábside poligonal con bóveda de crucería. Estilísticamente responde al tipo de iglesia gótico marinera.
Atrae nuestra atención la amplitud del espacio de la nave dominada por la luz de las vidrieras que se abren en los paños de los muros, en la zona del altar y en el rosetón de la fachada occidental siendo este el elemento que domina los juegos de colores lumínicos dentro de este espacio. A finales del siglo dieciséis, se abrió en el lado de la epístola, la capilla de Valderrama donde se encuentra la pila bautismal.
Fachada lateral norte: La iglesia fue construida en tiempos del arzobispo Lope de Mendoza que aparece en el tímpano de la portada lateral norte junto a la Virgen con el Niño y San José. En el tímpano de la portada principal se ve su escudo con lunas escaqueladas.
Fachada occidental: La fachada ofrece en su exterior, cara a la plaza del Tapal, una bella portada escultórica que nos lleva a ver la influencia de la obra del maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago.
En esta portada identificamos, haciendo una lectura ascensional, a los monstruos, en la base, seguidos de los apóstoles que están colocados en dos alturas en las jambas y a continuación, los doce ancianos, en las archivoltas, que portan instrumentos musicales y rodean a Cristo Juez, en el centro. En el arranque de esta moldura de arcos exteriores se representa la escena de la Anunciación, la Virgen en un extremo y el arcángel Gabriel en el otro. La portada, coronada por un hermoso rosetón, se encuentra flanqueada por cuerpos laterales que rematan en la torre del campanario y en la del reloj.
La cultura popular asegura que existe una maldición en la torre inacabada de esta iglesia: quien intente terminar la segunda torre de la iglesia tendrá un triste final. Se cuenta que un antiguo maestro cantero cayó desde ella mientras trabajaba y, con el trágico suceso ocurrido al directo Claudio Guerín, que falleció el último día de rodaje de la película "La campana del infierno" en mil novecientos setenta y tres tras reconstruir en cartón-piedra la segunda torre, el lugar en donde falleció está señalado en una piedra con una pequeña inscripción en forma de cruz.
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